lunes, 10 de marzo de 2014

Esther

Inicio el mes de marzo con una noticia agradable, ajena a la realidad venezolana pero que me produce mucho placer. Desde sus inicios el proyecto Escritores Sin Nombre (ESN) no ha demostrado tener un plan fijo salvo el apoyo constante de sus integrantes para promocionar los diversos contenidos a los que se dedican; ciencia, deportes, política, literatura y cine (cinco palabras que, opino yo, nos vienen como anillo al dedo) son los principales temas que se tratan aunque acabemos mezclando el contenido conforme a lo que vemos, escuchamos y leemos.

Sin intentar ser pesada, vuelvo a recomendar –puedo hacerlo mil veces- los blogs de mis compañeros. Llevan mucho más tiempo que yo en esto y resultan más interesantes que mis pocas entradas; si quieren saber del mundo, solo basta con darle clic a los enlaces de Julio, Bianka, Martín y –a partir de hoy- Esther, la nueva integrante de ESN.



Personalmente no he tenido tiempo de otear la considerable cantidad de reseñas y críticas que tiene sobre el mundo del cine y la literatura, pero me bastaron unas pocas miradas para enamorarme de él porque tiene material de calidad. Y dicho esto, estoy feliz de poder darle la bienvenida a nuestro poco conocido (próximamente famoso e importante) grupo nacido tras un par de horas en Twitter.

Las próximas semanas comenzaré a activarme un poco más y, me permito parafrasear las palabras de Julio, espero traer nuevas noticias sobre el ESN y los retos que se irá planteando para abrirse espacio en la red. De igual forma, continuaré intentado ganar terreno y ampliar el contenido de este pequeño espacio que abrí para escribir, no es posible hablar solo de cosas tristes. Y la llegada de Esther lo confirma. 

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