Argumento
[SEIX BARRAL]
Durante la dictadura militar
argentina, un activista político y un homosexual comparten la celda de una
cárcel bonaerense. Para paliar la soledad y el continuo miedo a la tortura,
ambos presos conversan largamente. Mientras el activista político rememora su
pasado y fantasea sobre su futuro, el homosexual se aferra a una realidad
diferente, romántica y soñadora.
***
Mi gusto por Manuel Puig se
explica a través de Boquitas Pintadas.
Desde hace unos años tenía una obsesión por leer todo lo que él hubiese
escrito, pero por cuestiones de tiempo retrasé el momento. Lo primero que
comentaré sobre El beso de la mujer araña
es que no esperaba absolutamente nada de lo que sucedió en la obra… Nada.
No leí la trama antes de
comenzar, así que mi encuentro con esta novela fue precipitado. Tenía una falsa
sensación de éxito porque había comenzado la obra más popular de Puig, pero mientras
más avanzaba me di cuenta que estaba adentrándome a un terreno desconocido. Y
me encantó.
Puig es un autor interesante
porque confronta el convencionalismo literario: te estampa en las narices lo
que es, en esencia, la cultura popular. El cine, las radio novelas, las novelas
folletín… Todo lo que parece propio de las clases menos ilustradas florece
naturalmente y convive con un estilo rústico que no envidia a ningún otro
autor.
El
beso de la mujer araña se prohibió en los años 70 por la
dictadura militar argentina, pero es difícil dar una respuesta precisa del
porqué aunque parece bastante obvio. Sin embargo, para contestar valdría
preguntarse cuál personaje es más inquietante: el homosexual o el preso
político, Valentín Arregui o Molina. Para mí los dos son verdades incómodas,
realidades que podemos marginar convenientemente en una institución capaz de
modificarla: la cárcel.
Algunos críticos se
enfrentan al cuestionamiento “¿quién es la Mujer Araña?”, pues parece
trascendental determinar quién seduce y corrompe a quién. La mayoría se inclina
a pensar que es Valentín por la evidente conspiración con el alto mando de la
prisión; yo añadiría su habilidad para fascinar a los interlocutores, sin caer
en el torpe encasillamiento de Molina en el simple papel de la presa. Al final,
Valentín acaba cometiendo cualquier locura a favor de Molina y Molina accede a
cumplir las fantasías de Valentín.
Se trata de un juego de
roles desaforado, mucho más atrayente que la cruda realidad donde la apariencia
minado sus existencias. Son dos seres prescindibles que se buscan el uno al
otro para convertirse en protagonistas. Tengo la teoría de que nadie se
adaptaría más al gender performativity
de Judith Butler, resulta exquisito y fascinante perderse en las narraciones
sensuales de Valentín así como dejarse arrastrar por la pasión secreta de
Molina.
Mi próximo objetivo es La traición de Rita Hayworth. Mientras, recomiendo al cien
por cierto esta novela. Todos necesitamos de vez en cuando un beso de la mujer
araña.
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