viernes, 26 de febrero de 2016

Nómadas


Contraparte del libro [Punto Cero]
«En algún momento mientras leía los cuentos de Hotel tuve la sensación de que estaba leyendo una excelente traducción del inglés. Digo esto a sabiendas de que su autor, Gabriel Payares, nació y vivió los primeros tres años de su existencia en Inglaterra, aun cuando al parecer aquel hecho, que tiene mucho de fortuito, no haya influido de manera determinante en su escritura. ¿Quién sabe? (…) Quizá el único tema de estos relatos sea la alienación, y de ser cierta semejante premisa estaríamos ante un asunto que ha sido debatido una y otra vez desde que al sufrido doctor Freud se le ocurrió acuñar la dichosa palabrita. Pero, ¿de qué otra cosa se puede hablar en estos tiempos del más puro desconsuelo? (…) Sobriedad, madurez y cierto regusto por lo clásico son los rasgos distintivos de estos siete relatos. Atributos que no suelen abundar en las propuestas vacías de contenido de las nuevas generaciones, que parecieran haber nacido para la efímera inmediatez que proporciona un trend de moda. Una prosa fresca y elegante, con encanto, rítmica, acompasada, musical, que en el laberinto a menudo revuelto y confuso de la postmodernidad aspira a fundar su propia tradición.»
Ednodio Quintero
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La mayor particularidad de Hotel es que te da la sensación de escape, pero al mismo tiempo aclara que lograrlo resulta imposible. Este libro implica la revelación de un mundo interno fragmentado, carente de sentido y desprovisto de certezas; habla de individuos que se abandonan incluso a sí mismos, errantes vagabundos sin hogar.

Desde los seis relatos de esta recopilación de cuentos se escapa cierta necesidad tímida, pero desesperada, de encontrar algo a lo cual aferrarse. Sin embargo, los protagonistas acaban naufragando en la soledad y el aislamiento con triste resignación. El mundo se tambalea con cada suspiro y la vida se escapa con el transcurrir del tiempo; las acciones se vuelven mecánicas y la mirada se pierde nostálgicamente en el vacío.

La verdad que encierra Hotel es que nosotros vivimos permanentemente en busca de un hogar, cual nómadas que no pertenecen a ningún lugar. Y descubrirlo nos destruye.

Lo cierto es que la temática del hombre sin fragmentado está muy usada en la literatura contemporánea (al menos la venezolana), pero Gabriel Payare está tan latente en sus escritos que no se le puede comparar a otro escritor. Tiene un estilo muy propio, muy suave e hipnótico, incapaz de sintetizarse en palabras vanas. Hay un aura latente que cautiva al lector.

Mi cuento favorito, sin lugar a dudas, fue Nagasaki (en el corazón). Considero que tiene una gran carga de sensualidad, de interés por adentrarse y apropiarse de la realidad del otro, pues resulta más atractiva y menos absurda. Después de este, Samsara es el mejor porque está patente la idea del autoengaño para la preservación de la estabilidad emocional. La banalidad de la vida nos sonríe entre líneas como si se burlara de nosotros; hay un tono de resignación y añoranza, sin especificar a qué nos resignamos y qué terminamos añorando.

Existe una introspección continua en los protagonistas de Hotel, una que colisiona con percepciones propias y te arrastra para abandonarte en la deriva. Solo queda fluir con él, no oponer resistencia a la corriente. No intenta producir reflexiones sino mostrar realidades desde la perspectiva de la melancolía. Es un libro magnífico, me encantó de principio a fin y podría recomendarlo mil y un veces.

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