Fotografía de Andrea Guedez (https://andreaguedez.wordpress.com) |
Cuando
salgo a pasear por Caracas contemplo el panorama desde la
autopista. Cualquier ruta plantea un buen escenario. Me fascinan las
luces de mi ciudad en pleno apogeo nocturno, son testigos de
intimidades desconocidas y (más) agresiones atroces. Aquí la noche se traduce en misterio y peligro, pero también en
dolorosa sensualidad.
Hoy
busqué las luces nuevamente, por primera vez este año. Acto vano.
Regresé a mi apartamento acompañada por un silencio ensombrecido y
mi soledad se hizo más palpable. Al igual que ayer, el tiempo está
nublado. Tengo la impresión de que hoy también se apagó el cielo.